Por tanto, el aula debe entar en coherencia con las necesidades de los aprendices ,sus formas de ser, sus formas y ritmoas de aprendizaje y con sus tipos de inteligencias. Los aprendices deben sentir que este espacio se convierte en un verdadero protagonistas,gestor y mediador de sus saberes. Por ello, resulta imperativo que el docente comprenda que la distribución, organización y disposición de espacios y recursos favorecen una gestión eficaz en la conducción del proceso de aprender a aprender. Para alcanzar esta percepción, se rquiere de la habilidad del profesor para observar todos los factores que inciden en el aula para favorecer o perjudicar un aprendizaje significativo, pues como lo explicita Esteve (2004):
La observación le permite al docente intervenir la realidad en la cual labora para conocerla y así plantear las modificaciones (innovaciones) pertinentes para mejorar su quehacer cotidiano. De igual manera, facilita responder a preguntas como ¿qué está sucediendo realmente en el aula?, ¿serán estos procedimientos metodológicos los más adecuados para el logro de los objetivos?, ¿la relación docente-estudiante que se establece en el proceso de enseñanza y aprendizaje es la más adecuada? (p.116).
Martínez, W. (2002). La observación: un medio para mejorar la práctica docente. Revista Electrónica Educare, (2), 115-126.
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